domingo, 5 de abril de 2009

Los Derrechos LGTB en California (Por Daniel Toda)



“LOS DERECHOS LGTB EN CALIFORNIA”

LA JUVENTUD DA LA ESPERANZA EN ESTADOS UNIDOS

El profesor Ken Dubin comenzó la conferencia que dio el día 21 de Abril para “Ni más, ni menos” con una referencia a ala victoria electoral de Barack Obama. No es casualidad: la lucha por los derechos LGTB es una lucha más por los derechos civiles, como lo fue hace unos años la lucha de las personas negras para ser reconocidas como ciudadanas de pleno derecho en Estados Unidos.

El profesor Dubin nos ha ayudado a comprender que esa lucha se encuentra muy viva en Estados Unidos. Mientras solamente 20 Estados prohíben expresamente la discriminación por razón de la orientación sexual y otros aplican legislación discriminatoria, el derecho al matrimonio sigue abriéndose paso en nuevos Estados, como hemos podido ver en las pasadas semanas que ocurría en Iowa, Vermont y Nueva York. Las posiciones de los propios estadounidenses tampoco son uniformes: aunque la homosexualidad es, según indican las encuestas, algo aceptado por la mayoría de la población, casi la mitad de ella rechaza que los profesores de sus hijos fuesen gays o lesbianas.

¿Cómo se resolverá todo esto? Las encuestas revelan que el rechazo al matrimonio gay cae cada año un 2% en cada Estado. Esto supondría que en el año 2011, el matrimonio gay sería aceptado en lugares como Arizona, y en 2018, incluso en Texas. El profesor Dubin prevé sin embargo que este desarrollo se acelere según el matrimonio se vaya aprobando en más y más estados. La esperanza está en la población de entre 18 y 45 años, que es la que muestra mayores índices de aceptación y la que incluso en sus comunidades religiosas promueve un cambio. Estas generaciones jóvenes van ganando con el tiempo terreno a las más mayores.

Ken Dubin nos ha dejado así una visión esperanzadora de la cuestión. Si bien es verdad que las dificultades siguen siendo muy grandes, que existe aún mucha legislación discriminatoria y que los grupos conservadores y religiosos siguen siendo fuertes y tozudos, la tendencia a la aceptación entre la población más joven parece indiscutible, imparable e irreversible.

En Ni más, ni menos esperamos que el carácter de lucha por los derechos civiles no se olvide y que se comprenda que su reconocimiento para todos no es algo que deba depender de mayorías, como parece ser que entienden los Tribunales Supremos de los diferentes Estados de la Federación que han obligado a reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo.

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